A veces recuerdo tu rostro,
lo dibujo en mi mente con la mirada perdida en difusos recuerdos de
notas y alegrías, con la boca entre abierta susurrando melodías del
pasado e ideas del futuro, con la piel brillante por el calor del sol de
medio día, con la barba despeinada que al acariciarla hace un sonido
delicioso que inflama mi libido de mujer, con tu sombrero color café de
textura suave que le hace sombra a tus almendrados ojos y cubre tu
cabeza resguardando a las ideas no nacidas que lloran para que su padre
les preste atención, tus manos entrelazadas y tus dedos juguetones
marcando el compás de tus días.
Sin previo aviso te levantas recoges tu guitarra y te retiras de mi mente para dar paso a otro hermoso recuerdo de tu semblante perfecto.
Sin previo aviso te levantas recoges tu guitarra y te retiras de mi mente para dar paso a otro hermoso recuerdo de tu semblante perfecto.
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